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Titulo original: Sansho Dayu
De: Kenji Mizoguchi 
País de producción: Japón
Año de producción: 1954
Duración: 124′ 
Formatos proyección: DCP y Bluray en VOSE 
Fecha de estreno: enero 2019
Idiomas: Japonés con subtítulos en castellano

Sinopsis:

En el siglo XII, la esposa de un gobernador y sus hijos son apartados de este. Mientras la mujer es deportada a una isla para ejercer la prostitución, los hijos son enviados a un campo de esclavos donde el temible intendente Sansho gobierna con mano firme.

Reparto 

 Tamaki – Kinuyo Tanaka
Anju – Kyoko Kagawa
Sansho Dayû – Eitarô Shindo
Zushio – Akitake Kawano
Tarô – Yoko Minamida
Nakajimi – Teruko Omi

Biografía director

Kenji Mizoguchi nace en Tokio el 16 de mayo de 1898, en los albores del cine. Durante su infancia, un negocio fallido supone la ruina de su familia, obligando al padre a vender a su hermana mayor a una casa de geishas cuando esta tenía solamente 14 años. Este suceso marcará al cineasta de por vida.

Mizoguchi cursa estudios de arte, diplomándose con 17 años en el Instituto de Pintura Europea de Aoibashi en Akasaka. Tras empezar un trabajo como periodista en Kobe, al poco tiempo abandona la ciudad y regresa a Tokio a casa de su hermana, donde se dedica principalmente a la lectura, ir al cine y al teatro. También se inicia en el aprendizaje del biwa, instrumento musical japonés de cuerda. En 1920, por mediación de un amigo, Mizoguchi entra a trabajar en la Nikkatsu, primera sociedad cinematográfica japonesa, donde transcribe guiones para el director Osamu Wakayama.

En 1923, inicia su labor como realizador con el film titulado EL DÍA EN QUE VUELVE EL AMOR. Tras el devastador terremoto que asola la ciudad de Tokio ese mismo año, Mizoguchi es trasladado a los estudios que la Nikkatsu tiene en Kioto, donde continúa su carrera cinematográfica. En 1926 se produce la primera colaboración con su amigo de infancia, el escritor Matsutaro Kawaguchi, en la película EL AMOR DE UNA PROFESORA DE CANTO. Kawaguchi formaría parte desde entonces del equipo estable de Mizoguchi hasta casi el final de su carrera.

En 1930, dirige LA TIERRA NATAL, una de las primeras películas japonesas parcialmente sonoras. Pese a fracasar en taquilla, Mizoguchi se resarciría en 1932 cuando la compañía le encarga dirigir EL DIOS GUARDIÁN DEL PRESENTE, que sería el primer éxito comercial del cine sonoro producido por dicha empresa. Trabajando principalmente con encargos, en cerca de una década, Mizoguchi rodará unos 50 films para la Nikkatsu.

En 1934, con intención de disponer de mayor libertad artística y mejorar su economía, Mizoguchi funda con su amigo Masaichi Nagata su propia compañía de producción, la Daiichi Eiga. Pese a producir tan solo un puñado de films antes de caer en la quiebra en 1936, la actividad de esta productora marca notablemente la actividad del cine japonés de la época. De este periodo, destacan ELEGÍA DE NANIWA (1936) y LAS HERMANAS DE GION (1936), con protagonismo en ambas de Isuzu Yamada, su actriz fetiche de entonces. No menos destacable es la presencia del joven guionista Yoshikata Yoda, fiel colaborador hasta la muerte del cineasta, con quien establecería una relación de maestro y discípulo.

En 1937, vuelve a rodar para la compañía Shinkô, donde ya había trabajado, y en 1939 pasa a trabajar para la Shochiku, con la que rueda 13 films, de 1939 a 1948. Durante estos años de censura militarista, Mizoguchi se consagra a los films históricos como LA VENGANZA DE LOS 47 SAMURAIS, dirigida en 1941. Además, en esta época es nombrado presidente de la sociedad de directores de su país.

En 1946, pese al reciente final de la guerra, se inicia un nuevo auge del cine japonés. En este periodo, las productoras Tôhô, Shochiku, Daei, Shintoho y Toei forman el grupo de los cinco grandes estudios de producción, que monopolizarán con grandes ingresos la producción cinematográfica japonesa. Las numerosas películas dirigidas durante las décadas de los años 20, 30 y 40, permiten a Mizoguchi sintetizar un estilo propio que culmina en la década de los años 50, donde dirige una obra maestra tras otra.

Tras cinco años de preparación, en 1952, realiza VIDA DE OHARU, MUJER GALANTE, con la que obtiene el premio a la mejor dirección en el Festival de Venecia de 1952. Su prestigio alcanzará aún cotas más altas cuando en 1953, realiza para Daei la obra más famosa de su carrera, CUENTOS DE LA LUNA PÁLIDA. Ganadora del León de Plata en el Festival de Venecia, la película deslumbra a la crítica europea y, entre otros, a los futuros componentes de la Nouvelle Vague francesa.

Posteriormente, dirige títulos como LOS MÚSICOS DE GION (1953), LA MUJER CRUCIFICADA (1954), LOS AMANTES CRUCIFICADOS (1954) o LA CALLE DE LA VERGÜENZA (1956), que confirmarán la reputación de Mizoguchi como un cineasta con una visión única sobre la posición de la mujer dentro de la sociedad japonesa, el mundo de las geishas y el universo de la prostitución. La belleza y sutilidad de las imágenes de LA EMPERATRIZ YANG KWEI FEI (1955), una de sus dos únicas películas filmadas en color, y la potencia conmovedora de EL INTENDENTE SANSHO (1954), completan una lista de títulos donde el arte de Mizoguchi se encuentra a su más alto nivel.

En los últimos años el director enferma de leucemia. Mientras prepara su próximo proyecto, OSAKA MONOGATARI, Kenji Mizoguchi fallece el 24 de agosto de 1956.

 

Equipo técnico

  • Dirección:  Kenji Mizoguchi
  • Guión:  Fuji Yahiro y Yoshikata Yoda (a partir de un cuento de Ogai Mori)
  • Director de fotografía: Kazuo Miyagawa
  • Dirección artística: Hiromoto Ito
  • Sonido:  Iwao Otani
  • Iluminación: Kenichi Okamoto
  • Música: Fumio Hayasaka
  • Montaje:  Mitsuzô Miyata
  • Productor: Masaichi Nagata
  • Producción: Daei (Kyoto)
  • Ventas internacionales: KADOKAWA Corporation
  • Año: 1954
  • Duración:  124′
  • País de producción:  Japón
  • Título Original:  Sansho Dayu
  • Idioma:  Japonés 
  • Distribución España: Capricci Cine
  • Restauración: The Film Foundation y KADOKAWA Corporation
  • Copia restaurada bajo la supervisión de: Masahiro Miyajima y Martin Scorsese
  • Con el apoyo de: The Japan Foundation

 

Prensa 

  • KENJI MIZOGUCHI representa para el cine lo mismo que J.S. Bach en la música, Cervantes en la literatura, Shakespeare en el teatro o Tiziano en la pintura: el más grande.
    Jean Douchet

Imágenes